A la derecha, impunidad.

Macron elige a un primer ministro de derecha aun tras el triunfo de la izquierda en las legislativas. Elon Musk se niega a responder a la justicia brasilera.

Saludar. Aquí Biole Weber. Hoy abordamos algunas noticias de la derecha global: el presidente francés bloqueó la posibilidad de un gobierno de izquierda para poner a un candidato de derecha contra la voluntad popular. Del otro lado del charco, continúa la pelea entre Elon Musk y la Justicia Brasilera, cada vez más picante. Dos derechas impunes ante las instituciones democráticas.

Antes de empezar, te cuento con muchísima alegría que esta semana estrenamos POTUS, el podcast de Mate camino a las elecciones en Estados Unidos. Un podcast que me da mucho orgullo, lleno de análisis y actualidad para seguir semana a semana los comicios pero también para rascar a fondo qué implican estas elecciones para el resto del mundo. Me encantaría que lo escuchen, lo sigan, lo punteen en Spotify y me cuenten qué les pareció. Allí los espero junto con Mel Alfonso y un equipo bárbaro detrás.

Ahora sí, leer este newsletter te va a llevar menos de 10 minutos. Vamos.

Francia: Macron desacatado

Tan cerca pero tan lejos.

Después de 50 días y unas Olimpíadas de incertidumbre el presidente francés, Emmanuel Macron, nominó a un candidato para el rol de primer ministro. Un rol que estaba vacante desde las elecciones adelantadas de principios de julio.

En los comicios, la noticia fue el triunfo de la izquierda agrupada en el Nuevo Frente Popular liderado por Jean Luc Melenchón, gracias al cordón sanitario desplegado con el oficialismo de Macron, que buscaba aislar a la extrema derecha tras su triunfo en las elecciones del Parlamenteo europeo. Pero contra todo pronóstico - y sentido común- Macron dio un giro de 180% en sus alianzas y decidió nombrar para el cargo al conservador de derecha Michel Barnier.

Para más detalle sobre las elecciones de julio, te recomiendo esta columna que hicimos en Mate en Vivo luego de los resultados:

¿Quién es Michel Barnier?

Barnier tiene 73 años y décadas de experiencia en la política. Fue comisario europeo tres veces y canciller durante dos períodos, en las presidencias de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy. Durante su paso por el Parlamento Europeo, formó parte de las negociaciones del Brexit que dio salida al Reino Unido de la Unión Europea. Intentó ser candidato presidencial en 2021 pero fracasó.

Actualmente forma parte del Partido Republicano, que solo obtuvo 39 bancas en los comicios, algo que explica el descontento con su postulación para la presidencia. Barnier es conocido por oponerse a la despenalización de la homosexualidad y por su dura postura antimigratoria, que se gana la simpatía de las derechas. Además, está en contra de subir los impuestos a los ricos. Tiene un perfil muy institucionalista, algo que garpa en los sectores conservadores, y habla de proteger el poder adquisitivo de los franceses y de renaltecer a la nación para que dejen de ser percibidos como “apestados”. Mucha puesta por recuperar una identidad nacional y europea más pura e inevitablemente racista y xenófoba.

En resumen, un perfil ultraconservador de restitución de valores tradicionales que se operacionaliza en políticas antimigratorias y misóginas. Aun no conocemos su propuesta económica, pero la cuestión está en el ojo del huracán porque en caso de que quede para el cargo, será el responsable de elaborar el presupuesto nacional para el próximo año. Que a su vez debe contar con el voto positivo de la Asamblea Nacional.

La izquierda recaliente

Ni bien se conoció la noticia, el Nuevo Frente Popular expresó su rechazo a la decisión del presidente por el nombramiento de un candidato proveniente de la cuarta fuerza parlamentaria, con tan solo 66 escaños. Pero también por el bloqueo político a su coalición, materializado con el rechazo de la candidata que postularon para el rol, Lucie Castests, y el posterior aislamiento de la coalición en general, y de la Francia Insumisa en particular, de las negociaciones para la designación de un nuevo candidato. Este ultimo partido es el que encabeza Jean Luc Melenchón, quien lideró a la coalición de izquierda y centroizquierda como conjunto en la campaña por las elecciones adelantadas.

Con un mensaje en sus redes sociales, Melenchón sostuvo que Macron se robó la elección y que la candidatura de Barnier estuvo pactada con la política de ultraderecha, Marine Le Pen. Melenchón habló de monarquia presidencial ya que el presidente negó el resultado de los comicios. Además, anunció la convocatoria a una gran movilización popular el próximo sábado 7 de septiembre.

El panorama que se abre

Actualmente el Parlamento fracés es el encargado de dar el visto bueno a la postulación del primer ministro y luego al presupuesto que se proponga. La Asamblea Nacional conformada por 577 bancas se divide en:

• 182 bancas son del Nuevo Frente Popular de izquierda, liderado por Melenchón.

• 168 bancas son del oficialismo de Macron

• 143 bancas son de Reagrupación Nacional, la ultraderecha de Le Pen

• 66 bancas son del Partido Republicano de Michel Barnier

Al negar la postulación de la candidata del Nuevo Frente Popular e intentar correr a la izquierda de las negociaciones, Macron demostró que por mucha alianza de cordón sanitario que haya hecho para aislar a la ultraderecha, su línea política tira más para ese lado. Bajo la justificación de correr a los partidos extremistas del centro de las negociaciones, el presidente encontró una forma alternativa de conseguir los votos necesarios para elegir él mismo a un primer ministro que se alinee con su política. Es decir, evitó la cohabitación que hubiera sucedido con un primer ministro de centro izquierda.

En alianza con Reagrupación Nacional y el Partido Republicano, Macron consigue los votos necesarios para dar el visto bueno a su candidato en la Asamblea. Y así queda relegada la izquierda aún tras su flamante triunfo en las elecciones de julio.

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Brasil vs Elon Musk

Un multimillonario contra la Corte Suprema

Continúa la pelea entre Elon Musk y la justicia de Brasil: La Corte Suprema brasilera ratificó por unanimidad la decisión de suspender la red social X y el servicio de internet satelital Starlink en el territorio nacional. La decisión responde a los reiterados incumplimientos a los fallos de la justicia por parte de Elon Musk, dueño de ambas empresas.

Todo empezó en abril, cuando se solicitó al ex Twitter suspender al siete cuentas de la plataforma de extrema derecha por difundir mensajes de odio, racistas, desinformación y mensajes golpistas con ataques a las insituciones democráticas. Pero como X se negó, la justicia amenazó con arrestar al representante legal de la empresa en Brasil. Ante esta posibilidad, Musk retiró las oficinas de X en Brasil y por ende dejó a su empresa sin representante en ese país, algo que es ilegal.

Por este motivo, el presidente Lula da Silva dio unas declaraciones en las que sostiene que debe acatar la ley por muchos millones que tenga Elon Musk, que ¿Quién se cree que es? Miren el video, tiene subtitulos y vale la pena.

En este marco, Starlink anunció que la red social X seguiría disponible para sus usuarios, que podrán acceder al servicio de manera gratuita. Esto se debe a que no pueden cobrarlo, porque la justicia ordenó el congelamiento de las cuentas bancarias de Starlink en Brasil.

Con motivo del incumplimiento de las ordenes de la justicia de retirar los mensajes y usuarios señalados, pero además de no pagar 4 millones de dólares en deudas pendientes y no nombrar un nuevo representante legal en Brasil, la Corte decide la suspensión de la red social y del proveedor de internet Starlink. Es decir, Starlink no está habilitado actualmente para prestar servicios de telecomunicaciones en Brasil, según informó la Agencia Nacional de Telecomunicaciones, Anatel.

El juez Alexandre de Moraes sostiene que ambas empreas -X y Starlink- funcionan como un mismo grupo económico, aunque Musk argumenta que son dos empresas diferentes y que tienen accionistas diferentes, por lo que no corresponde imputar a Starlink por las causas contra X. Y agrega que en este sentido se niegan a Starlink las garantías constitucionales. Musk apunta personalmente contra el juez Moraes. Musk incluso sostiene que Moraes es un dictador que viola la constitución aun tras jurar defenderla y que debería irse por renuncia o juicio político.

De una defensa burlona

Mientras evade cumplir todas y cada una de las disposiciones judiciales, Elon Musk sostiene que ellos no hicieron nada ilegal. Que en cambio lo ilegal es el accionar y los pedidos de la justicia Brasilera: un verdadero elonsplaning. Segun el, la prohibición de la plataforma solo aumentará el uso de VPNs para borrar el rastro de la procedencia de la conexión a internet y poder acceder a la red social. Sin embargo, este accionar también está penalizado por la justicia brasilera, que estableció el cobre de multas de 50.000 reales -casi 9.000 dólares- para quienes usen VPNs.

Con un tweet anunció el lanzamiento de un perfil de twitter destinado a denunciar los comportamientos supuestamente ilegitimos del juez de Moraes. Musk incluso sostiene que Moraes es un dictador que viola la constitución aun tras jurar defenderla. Los argumentos se basan en la supuesta protección de la libertad de expresión, que es muy cuestionable cuando implica la legitimación de ideas que violan las libertades de otras personas.

Por su parte, Moraes sostiene que lo de Elon Musk colabora a un clima de impunidad y a una tierra sin ley. Que con el incumplimiento de las ordenes, facilita

“la actuación de grupos extremistas y milicias digitales en las redes sociales con una masiva divulgación de discursos nazis, racistas, fascistas, de odio y antidemocráticos”

Las instituciones y el mercado

La disputa no es menor para ninguna de las partes: El gobierno de Brasil no está dispuesto a dejar pasar estas irregularidades por las implicancias simbólicas y políticas. Especialmente desde que las redes sociales fueron un gran caldo de cultivo para la Toma del Planalto que intentó hacer un golpe de Estado tras la derrota de Jair Bolsonaro en los comicios que dieron ganador por tercera vez a Lula. Pero Musk también tiene mucho para perder. Starlink tiene más de 200.000 usuarios en Brasil, mientras que X cuenta con unos 21,5 millones de usuarios en este país, por lo que se configura como el sexto país con más usuarios del mundo.

Pero Elon Musk no parece tenerle miedo a las represalias de la justicia brasilera. Un panorama que amerita prestar atención si tenemos en cuenta que Donald Trump coquetea con darle un cargo público si gana las presidenciales de noviembre en Estados Unidos. Un tema que, por supuesto, seguiremos atentamente en POTUS.

En resumen, el millonario goza de una sensación de impunidad, típica de los máximos líderes de la derecha global, a la que Lula no parece dispuesto a sucumbir. De la misma forma que Melenchón no está dispuesto a aceptar un gobierno de derecha tras su triunfo electoral. Al menos no sin dar batalla en las calles.

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