Claudia Sheinbaum: un aire de esperanza
en plena crisis de representatividad latinoamericana. El triunfo de la primera presidenta electa en la historia de México.
Saludar. Aquí Biole Weber. Ya de vuelta en la Argentina, hoy me toca contarles una buena noticia en la Patria Grande. Hablo del triunfo brutal de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales mexicanas. Una candidata que da un aire de esperanza y renovación a la política latinoamericana, que venía bien cagada a palos.
En la primera sección de este newsletter revisamos los números de las elecciones presidenciales pero también legislativas y de gobernaciones en ocho de los Estados Unidos mexicanos. Después abordamos algunas características de Claudia y del México que recibe y les dejo algunos links para profundizar en caso de que les interese algún aspecto en específico. Por último, comparto con ustedes qué significa para mi el triunfo de una candidata como Sheinbaum en la Patria Grande, en un contexto desolador de crisis de representatividad y crecimiento de la ultraderecha a nivel global.
Leer este newsletter te va a llevar unos diez minutos. Vamos.
La primera presidenta mujer de México
El domingo pasado Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera presidenta mujer electa en la historia de México. La candidata de Morena se hizo de casi el 60% de los votos, con una diferencia de más de 30% de Xóchitl Gálvez, la candidata de la coalición de derecha PRI, PAN, PRD, que salió segunda.
De las ocho gobernaciones que se disputaron en estos comicios, los candidatos de Morena salieron ganadores en seis, además de la jefatura de gobierno de la capital. En Guanajuato ganó la candidata de la alianza PAN, PRI y PDR mientras que en Jalisco se impuso el candidato de partido local Movimiento Ciudadano.
En las elecciones legislativas, Morena obtuvo 243 de los 500 escaños de la cámara de diputados. En la cámara de senadores, el partido de la presidenta electa obtuvo 60 de los 128 escaños. Estos resultados dibujan una amplia mayoría en ambas cámaras que supera la cantidad de escaños con los que contó el gobierno de AMLO.
En resumen, estos resultados denotan que el apoyo a Morena no solo se mantuvo sino que creció luego de los seis años de gobierno de AMLO.
La sucesora de Andrés Manuel López Obrador se enfrentará a los grandes desafíos que implica la gobernación de un país como México. La inseguridad y la violencia política y cotidiana, la misoginia y la relación con Estados Unidos son solo algunos de los tópicos más difíciles de enfrentar desde el poder ejecutivo. Y Claudia promete estar a la altura.
Sheinbaum es física y doctora en ingeniería energética. Fue Secretaria de Medio Ambiente durante la alcaldía de AMLO en la Ciudad de México y luego alcaldesa de la ciudad cuando Obrador llegó a la presidencia en 2018. Durante su recorrido en la gestión pública se puso al hombro grandes reformas de infraestructura y transporte, además de perseguir de manera activa y constante el objetivo de reducir la contaminación producida por la ciudad. Todas iniciativas que tenían como trasfondo democratizar el acceso a una vida digna para todes.
Sheinbaum apuesta a la educación pública como herramienta principal para taclear las causas de la delincuencia, frente a la propuesta de megacárceles que llevaba la oposición inspirada en el modelo Bukele en El Salvador.
Pero en México, la irrupción de Morena como fenómeno hegemónico ya no da lugar a las recetas neoliberales que mercantilizan la educación, la salud, el salario y la vivienda. Recetas que en el pasado fueron aplicadas y fallaron. En cambio, otras respuestas pueden ser configuradas y hasta dejar contentos a todes. Como sostiene Juanma Karg, el gobierno de AMLO fue un win win, porque dejó contentos a todos los sectores de la sociedad: desde las clases medias y bajas hasta los empresarios. Claudia tiene la tarea, entonces, de mantener la vara así de alta.
“Uno no llega al poder por el poder, este no es un asunto personal. […] Gobernar es servir a la gente. Y gobernar es también poner en práctica el conocimiento y el plan a partir del cual te eligieron. Y esos compromisos tienen que ver con una concepción que tu tienes de igualdad de justicia. Pero al mismo tiempo de mejora del medio ambiente, de equidad.”
De Claudia y el México que recibe.
Como cuenta su documental “Claudia”, Sheinbaum se considera hija del 68, ya que sus padres participaron de la protesta estudiantil que decantó aquel año en la masacre de Tlatelolco. Un episodio violento que buscaba reprimir la resistencia pacífica en defensa de la educación universitaria. Es decir, la candidata creció en una casa de académicos militantes y siguió ese legado.
Como parte de sus recorridos en el mundo académico, además de ser profesora e investigadora en la Universidad Nacional de México (UNAM) Claudia Sheinbaum formó parte del plantel de científicos que conformaron el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU. Un grupo que se dedica a investigar y divulgar las características e implicancias de la crisis climática a escala global. De hecho, ayer fue el Día Internacional del Medioambiente, da gusto que caiga en la semana en la que una científica ambientalista fue electa presidenta.
Además, Claudia observa que su candidatura es una ventana de oportunidad para niñas que a partir de su rol puedan comenzar a imaginarse en puestos políticos de alto rango. Algo que no es para nada obvio. Para ellas, y para las mujeres de todas las generaciones, promete un gobierno que no las deje de lado. Y qué importante es ese tópico en un país como México, donde la violencia de género alcanza números espeluznantes. Durante solo el 2024, en México se reportaron al menos dos femicidios por día.
Para conocer la historia de Claudia y entender sus recorridos profestionales, políticos y personales, te recomiendo que mires el documental completo. Dura 40 minutos.
Morena es un partido político que nació luego de ser un movimiento social. Y quienes lo componen están muy conscientes de ese legado. En referencia a un plan de infraestructura del que participó en la CDMX, Claudia sostiene que AMLO construyó los cimientos y el primer piso de la transformación política, económica y social de México. Y que ahora a ella le toca construir el segundo piso.
Responder a las necesidades de los diferentes sectores que componen su país es un desafío que AMLO pudo surfear con destreza y cuyo exito le permitió consolidar a su partido como la prinicipal fuerza política del país, desplazando con amplio margen a la coalición de partidos tradicionales históricos que presentaron oposición. Y como toda coalición de derecha en este momento político del mundo, intentaron deslegitimar a la centro izquierda con cataratas de fake news: acusaron a Sheinbaum de querer cerrar iglesias, atentar contra la propiedad privada y de hasta tener un tatuaje satánico a partir de una foto editada. Todos tópicos que suenan muy familiares cuando revisamos las últimas campañas de desprestigio lanzadas por la ultraderecha, cuyo ejemplo más cercano parece ser la ola de fake news contra la candidatura de Lula Da Silva en Brasil.
Con su especial destreza en términos de comunicación con el pueblo, los miembros de Morena desmintieron cada una de estas fake news, mientras que continuaban en su misión de comunicar el proyecto político que defienden. ¿Seguirá Sheinbaum con Las Mañaneras? El stream matutino de AMLO caracterizó su gobierno y la fluidez en la comunicación de los movimientos de gobierno.
Como venimos charlando, AMLO deja la vara bastante alta. Juan Manuel Karg aborda en su último newsletter los desafíos que deberá enfrentar la presidenta electa, que se despliegan del objetivo principal de generar el crecimiento del modelo económico inclusivo de manera sostenible.
Pero además, debe hacerlo en un contexto agitado de la política mexicana, aunque debemos decir que nunca fue un país caracterizado por su tranquilidad. Durante estos comicios, la crisis de seguridad y violencia implicó el asesinato de decenas de candidatos durante la campaña electoral. El Estado tuvo que aprobar casi 300 pedidos de protección de parte de candidatos que temían por su integridad física. Jordana Timerman aborda esta situación en esta nota.
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Era hora de que ganara una Claudia
Si bien la propuesta de Sheinbaum es la de la continuidad, hay un elemento nuevo. No necesariamente en las propuestas de gobierno -que pueden navegar aquí- sino en su porte de cara al nuevo cargo para el que fue electa. La Claudia de la Ciudad de México parecía impoluta, impenetrable desde una racionalidad y seriedad que le permitieron, a mi parecer, crecer en un mundo de hombres. Una seriedad que acompañaba su profundo saber científico. En cambio, la Claudia que agradece al pueblo por haberla elegido esta vez parece, al menos un poco, más conectada a la emocionalidad, a la compasión, a la entrega a un pueblo al que siempre respondió pero que ahora le dio la responsabilidad más grande de todas. La Claudia primera mujer electa presidenta en la historia de México parece más conectada a la ternura. Y cuánto hace falta.
Ante el avance de la ultra derecha en la región y en el mundo, los progresismos y centroizquierdas parecen desorientados respecto a cómo reaccionar. Ante el crecimiento electoral de quienes pensaron incapaces de llegar al poder, el progresismo latinoamericano tira hacia el centro, se modera, se retoba en los aires revolucionarios para intentar capturar algún voto del medio. Sin embargo, en la era de la polarización, esa estrategia parece ineficiente. Y muy hostil para los que quedan afuera del modelo de país que se busca construir.
Las crisis económicas y de alquileres, así como el avance del cambio climático generan un escenario arduo, que se empeora por los mensajes de odio que crecen cuando crece la ultraderecha. En este marco, la juventud -y otros sectores de la sociedad- buscan con la mirada a los partidos progresistas y de centro izquierda en búsqueda de algunas respuestas o al menos algunos candidatos. Pero, ellos corren la mirada hacia el centro. Y pierden.
La crisis de representatividad atraviesa las nuevas generaciones que no saben en qué proyecto político invertir su tiempo, energía y ganas de cambiar el mundo. Los partidos tradicionales de centroizquierda parecen no tener en cuenta las preocupaciones y necesidades de este gran sector de la población, por encasacarse con pensar de qué manera moderarse lo suficiente para ganar un voto idealizado de un votante dudoso. Y en este ímpetu descuidan las propuestas que conquistaron el corazón y la cabeza de sus militantes en una primera instancia.
Claudia Sheinbaum irrumpe en este momento convulsionado de la política latinoamericana. Mujer, feminista, científica y ambientalista: Sus objetivos son generar un país más justo, más limpio, más accesible para todes.
Con su triunfo queda en evidencia que la protección de una agenda inclusiva y con perspectiva científica para abordar los problemas de la vida contemporánea es un horizonte posible. Que las mujeres de estas características están entre nosotres y que si no las vemos, es porque el techo de cristal está más fuerte que nunca. Incluso en los espacios donde se prometió dejar atrás las estructuras patriarcales. Que, para variar, son los mismos que ahora sostienen que el feminsimo se pasó tres pueblos y que fue culpa del avance de los derechos LGBTIQ+ la irrupción electoral de la ultraderecha.
El triunfo de Claudia aparece como un halo de esperanza. Y uno muy necesario para los que navegamos el túnel negro del primer gobierno de ultra derecha en la historia Argentina, con Javier Milei a la cabeza, como parte de una tendencia global de crecimiento electoral de la derecha reaccionaria. Aún no se ve la luz del otro lado.
El deseo es que el progresismo tenga la sabiduría para dar lugar a voces capacitadas, sabias y sensibles. Que de lugar a mujeres y disidencias que a partir de sus recorridos podrían tener más herramientas para liderar un movimiento o proponer un plan de gobierno superador. Porque al final del día, en todos los gabinetes, pero también en todo tipo de cargos de exposición pública, solo vemos un grupo de tipos chupándose las medias entre sí. Que además son siempre los mismos.
Claudia será la primera presidenta mujer de su país y, como vimos, enfrentará enormes desafíos en un país con problemas estructurales profundos. No sabremos cómo será su gobierno, pero su llegada al poder corta una inercia machista y cerrada del sistema político en un sentido que excede la política mexicana.
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Biole.