F de Fora Bolsonaro
Atropellos a la democracia en la región: Una mirada latinoamericana de la persecución judicial contra Cristina Fernández de Kirchner en Argentina.
Hola, ¿Cómo estás? Bienvenide a Mate Mundi. Soy Violeta Weber y todos los miércoles envío este newsletter en el que vas a encontrar un recorrido por las noticias internacionales de la semana, con foco en América Latina y ambiente.
Esta semana la Argentina está atravesada por el juicio Vialidad contra Cristina Kirchner. El fiscal encargado en la causa, Diego Luciani, pidió 12 años de cárcel y la inhabilitación para ejercer cargos públicos para la vicepresidenta, a quien acusa de asociación ilícita durante su gobierno. La defensa de Cristina sostiene y demuestra que no hay pruebas para efectuar una condena.
Líderes de América Latina y el mundo expresan su solidaridad con la vicepresidenta argentina a quien acompañan por ser víctima de lawfare. Lamentablemente, no es la primera vez en la historia que vemos atropellos a la democracia en nuestra región. El encarcelamiento de Lula da Silva en Brasil, el golpe de Estado a Evo Morales en Bolivia y los constantes esfuerzos de la oposición peruana para desestabilizar el gobierno de Pedro Castillo son solo algunos ejemplos en los que la derecha articula las reglas del juego a su favor. Veamos qué podemos observar de estos casos.
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Resulta imposible no pensar en Brasil
Se vienen las elecciones en Brasil y el clima político está agitado. Venimos hablando de esto en la cobertura semanal de Mate Mundi de cara a los comicios de octubre. En este contexto de coyuntura argentina, resulta clave repasar algunos hechos de la historia reciente de Brasil y otros países de la región para ver qué podemos aprender de las experiencias de América Latina.
Al leer que el fiscal Luciani pidió 12 años de cárcel para Cristina, es casi inevitable pensar en el encarcelamiento de Lula da Silva en Brasil. En el marco de repetidos episodios de persecución judicial, incluyendo la destitución mediante un golpe de Estado a la ex presidenta Dilma Rousseff, la justicia brasileña condenó a Lula da Silva a 9 años de prisión por una causa cuestionada nacional e internacionalmente, que fue anulada en 2021.
Lava Jato: La causa contra Lula
En 2016 Lula fue arrestado acusado de lavado de dinero y corrupción por la causa Lava Jato que, en términos generales, denunciaba que mediante la empresa estatal Petrobras, Lula y otros funcionarios pedían licitaciones a constructoras para obras públicas y se quedaban con un 3% del monto para repartir. Aunque cuando se habla de Lava Jato, se habla de Lula, la causa alcanzó a 174 políticos cuya mayoría ni siquiera provenía del PT, partido al que pertenece Lula, sino del PDMB.
Pero entre fines del 2020 y comienzos del 2021 la Fiscalía General de Brasil disolvió el equipo de fiscales que llevó adelante la causa Lava Jato por parcialidad ya que se demostró que estaban vinculados a Sergio Moro, el juez encargado de la causa, quien les recomendaba cómo actuar para que la causa siguiera el curso que ellos querían.
Recordemos que Moro fue Ministro de Justicia de Bolsonaro en los primeros 2 años de su mandato.
Luego de esta decisión de la fiscalía general, la causa llegó a su fin y Lula da Silva fue liberado y recuperó sus derechos políticos incluyendo la habilitación para presentarse a elecciones como sabemos que efectivamente hizo.
Lula observa que Cristina es víctima de la misma persecución que lo puso preso a él: lo dijo bien clarito el pasado diciembre en Plaza de Mayo.
3 datos sobre el gobierno de Lula da Silva
La clase media creció más de un 13%
El salario mínimo real creció un 53,6%
Los ingresos del 10% de la población más pobre crecieron un 8%
Un poquito de actualidad
Además de estos acontecimientos que marcaron las elecciones de Brasil en 2019 por la inhabilitación de Lula para presentarse, el gobierno de Bolsonaro está marcado por signos antidemocráticos.
Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar del 64’, desde hace meses desafía la legitimidad del Tribunal Superior Electoral -encargado de organizar las elecciones- bajo la premisa de que sus miembros realizarán un golpe de Estado a su persona en caso de perder, mediante el sistema de voto electrónico. Jair propone que el problema lo resuelvan las Fuerzas Armadas.
Esta semana, allanaron a ocho empresarios multimillonarios amiguis de Bolsonaro, acusados de organizar un golpe de Estado en caso de que Lula gane las elecciones. El juez de la corte suprema que autorizó el allanamiento, Alexandre de Moraes, es miembro del Tribunal Superior Electoral y ya tuvo varios cruces con el presidente a quien está investigando por difusión de “fake news” y atentar contra la democracia mediante la deslegitimación del proceso electoral.
F de Fora Bolsonaro
Ayer se viralizó en las redes un clip del concierto de la Rosalía en San Pablo, Brasil, en el que invita a su público a completar la letra de su canción ABCDEFG. Miren cómo contesta el público:
MATEEEEE🧉
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Bolivia: El golpe de Estado a Evo
En 2019 Jeanine Áñez encabezó un golpe de Estado cívico militar en Bolivia de la mano del líder opositor Luis Fernando Camacho, que desplazó al entonces presidente Evo Morales de su cargo acusado -sin pruebas- de haber cometido fraude en las elecciones que definieron su reelección para el mandato. El gobierno de Mauricio Macri, quien gobernaba Argentina en ese momento, colaboró con este golpe de Estado mediante el envío de armas.
Este atropello a la democracia fue denunciado internacionalmente por jefes de Estado, organizaciones de derechos humanos y personalidades de la política y la cultura, y se prolongó durante un año hasta que a fines del 2020 la dictatriz llamó a elecciones presidenciales.
En esos comicios, Luis Arce -el candidato apoyado por Evo Morales- ganó con más del 55% de los votos. Arce es hoy el presidente boliviano y cuenta con un amplio apoyo popular. Luego de la normalización del curso democrático de Bolivia, la exdictatriz Jeanine Áñez fue encarcelada y hace algunos meses fue condenada a 10 años de cárcel por el golpe de Estado.
3 datos sobre el gobierno de Evo Morales:
Reducción de la pobreza: del 38 al 17%. En su gestión el 62% de la población contaba con ingresos medios.
Caída de la tasa de desempleo: de 8,1 a 4,2%
Aumento del salario mínimo de 440 a 2.060 pesos bolivianos
Perú: Cuando ya nadie cree en las instituciones
Probablemente escuchaste hablar de los pedidos de vacancia contra el presidente de Perú, Pedro Castillo, quien gobierna desde 2021. Veamos de qué se trata.
Castillo era maestro rural, líder sindical de izquierda y no contaba con una trayectoria como funcionario público cuando ganó inesperadamente las elecciones tras derrotar a Keiko Fujimori por unos pocos votos.
Debido a la inestabilidad de las alianzas y apoyos políticos, Castillo debe reconfigurar constantemente su gabinete y en lo que va de su mandato ya se enfrentó a 6 (SEIS) investigaciones de la Fiscalía de la Nación en su contra, que tuvieron por objetivo decantar en un juicio político que inhabilite al presidente electo seguir en su cargo.
Aunque los anteriores 5 intentos quedaron sin efecto, los constantes esfuerzos de la oposición de derecha por desestabilizar al presidente perjudican el curso democrático de su mandato e impactan en la legitimidad del líder que cada vez enfrenta más dificultades en la presidencia de un país que, como prácticamente todos los de América Latina, tiene altísimos índices de desigualdad y pobreza.
Las instituciones democráticas (los tres poderes de gobierno inclusive) no cuentan con la legitimidad que necesitan para proveer al Estado peruano de estabilidad política. La elección que posicionó a Castillo en la presidencia demostró el alto nivel de desconfianza de la población en los partidos políticos tradicionales: de los 10 candidatos presentados a elecciones, los candidatos con más votos obtuvieron 18,92% (Pedro Castillo) y 13,41% (Keiko Fujimori).
El pueblo no cree en las instituciones y los medios de comunicación tampoco. Hasta los mismos políticos en funciones desconfían constantemente de las decisiones de procedimiento de sus pares en el gobierno y de la legitimidad de los líderes electos democráticamente. Esto impacta en el margen de acción de su gobierno.
El momento de unir los puntos
Los acontecimientos de la última semana nos tienen a todes les argentines en vilo con el avance de la causa Vialidad contra Cristina. Los que estamos de este lado de la grieta tenemos una genuina preocupación que nace de observar la forma en la que el juez Giménez Uriburu moldea los procedimientos burocráticos a medida para que el fiscal Luciani tenga la última palabra. En este hilo Mati Mowszet lo explica bien clarito:
Y si observamos los antecedentes en el caso de Lula en Brasil, estamos frente al mismo esquema de colaboración fiscal-juez que opera en la causa Vialidad. La manipulación de las reglas del juego al servicio de la causa pone en riesgo la institucionalidad del poder judicial y por consiguiente, el carácter democrático de la justicia. Más cuando todos los tipos que deciden se juntan a jugar un fulbo el finde en el campo del expresidente. Como diría Ivana, muy amigos de sus amigos.
El caso de Bolivia nos muestra cómo los alcances de la persecución son suficientes para correr de su cargo a un presidente en función acusado de fraude pero cuyo candidato ganó con amplia mayoría una vez restaurada la democracia. Por su parte, el caso de Perú nos muestra hasta qué punto puede llegar el daño a las instituciones que sostienen la democracia cuando ni los propios políticos que la forman la respetan.
Los casos que elijo destacar tienen características distintas en materia judicial y sus procesos institucionales son particulares de cada Estado.
Pero ¿Cuál es el factor común?
En una región marcada a fuego por las consecuencias de los golpes a la democracia y repasando solo algunos de los casos más recientes en América Latina, parece que el factor común es la búsqueda de difamación e inhabilitación para ejercer cargos públicos de líderes que llevan la bandera de la distribución de la riqueza y que buscan ampliar las posibilidades y los derechos en países donde tener una vida digna se siente lejano para gran parte de la población.
Las ideas que traigo en este Newsletter no forman una verdad definitiva, sino algunas líneas que me interesan para pensar la democracia en la región.
Y eso fue todo por hoy
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Violeta.