La Revolución Islámica de Irán
Y otras claves para entender lo que pasó entre Israel e Irán durante las últimas semanas.
Saludar. Aquí Biole Weber. En el marco de las hostilidades de hace algunos días entre Irán e Israel, les propongo hacer zoom en su relación histórica: No siempre fueron archienemigos. Leer este newsletter te va a llevar menos de 10 minutos y te vas con toda la data necesaria para argumentar que no se trata de buenos y malos. Sino que en realidad, es más complejo.
Escalada Israel-Irán
A partir del escenario geopolítico, que se disparó la semana pasada en Medio Oriente, este newsletter busca aportar a la comprensión de los entramados que tejen las tensiones y los conflictos de la región. Por ello hoy nos enfocamos en la relación histórica entre Irán e Israel, una historia para la que resulta fundamental comprender la Revolución Islámica iraní de 1979.
El machete
Antes de meternos de lleno con eso, un breve repaso de los acontecimientos centrales de los últimos días para estar todxs en la misma página. Si ya estás en tema, podés saltearte esta sección.
Desde diciembre del año pasado, Israel despliega ataques a los altos mandos de las fuerzas de seguridad iraníes. El último fue en Damasco, la capital Siria, el primero de abril.
El ataque se produjo en las inmediaciones del consulado sirio y fallecieron 16 personas, incluidos siete jefes militares de la Guardia Revolucionaria iraní entre los que se encontraba Mohammed Reza Zahedi, jefe de la rama regional de la fuerza en Siria y el Líbano, Al Quds.
Existe un debate sobre si el edificio sobre el que impactó el ataque era una sede diplomática porque, en ese caso, sería un crimen de guerra según la normativa internacional.
Si bien el gobierno de Israel no se adjudicó formalmente el ataque, tampoco negó su autoría. De hecho en dos oportunidades defendieron lo sucedido bajo las premisas de que no había sido sobre el consulado y que de todas formas “los que murieron eran terroristas”.
El 13 de abril, Irán desplegó una significativa ofensiva con drones y misiles sobre el territorio israelí en un alegato a la legítima defensa. Para ello, colaboró con Irak, Siria, Yemen y Líbano.
Es la primera vez en la historia que Irán lanza un ataque contra Israel en nombre del Estado nacional. Esto demuestra que los factores político y simbólico del ataque estaban por arriba del objetivo militar. Irán buscaba preservar su honor y no dejar pasar desapercibido el ataque de Israel a los suyos ante el mundo.
Los drones y misiles enviados fueron atajados por el sistema de defensa israelí, principalemnte con ayuda de Estados Unidos, Reino Unido y Jordania.
La contraofensiva fue avisada por las fuerzas iraníes con tres días de anticipación. Teherán sostiene que buscaba dar chance al gobierno de Israel para que evite víctimas civiles.
Debido a sus características y/o a la defensa israelí, el episodio no causó víctimas civiles.
El gobierno iraní sostuvo que después de esta respuesta, ellos daban el asunto por terminado, siempre y cuando Israel no respondiera.
El 19 de abril, Israel lanzó una tímida respuesta -de manera poco oficial- contra la ciudad iraní de Isfahán, núcleo del desarrollo nuclear en este país. No causó muertos ni daños materiales significativos.
El movimiento de Teherán no contó con la colaboración de Estados Unidos, después de que Joe Biden le pusiera los puntos a Netanyahu y le dijera que EEUU no lo bancaría en una guerra militar.
Joe Biden tiene muchos frentes abiertos en este momento, uno de ellos es su propia elección presidencial de este año, en la que se enfrenta contra Donald Trump. El posicionamiento del gobierno de Biden sobre los conflictos de Medio Oriente genera malestar puertas adentro de su propio partido, por las críticas al accionar genocida de Israel sobre la población palestina en Gaza. Así que le soltó un poco la mano a Netanyahu, que busca a toda costa reafirmar una imagen de fortaleza y triunfo ante su propia elección presidencial advenidera.
Las primeras especulaciones respecto a estos sucesos fueron que Irán calculó que Israel no respondería o respondería de manera leve a su respuesta y entonces podría abrirse una ventana de oportunidad para encarar el camino a la pacificación y una salida a la guerra en Gaza. Pero mientras lo primero sucedió, lo segundo no.
El diario del lunes (mentira, del miércoles) nos muestra que Israel prepara una operación enorme de ataque en Rafah, un territorio habitado por cientos de miles de palestinos que fueron desplazados de sus casas por la guerra. Sin mucha buena voluntad de Estados Unidos para dar un visto bueno, el gobierno de Israel planifica la evacuación de los refugiados como antesala del ataque. La pacificación parece un horizonte inimaginable.
Desde la intensificación del conflicto entre Israel y Palestina el 7 de octubre, la guerra en Gaza implicó la muerte de casi 35.000 palestinos en la Franja de Gaza, según reportan autoridades palesinas. El número de muertos israelíes se mantuvo en 1400 desde octubre. Bajo el objetivo irrealizable de “eliminar a Hamás”, el gobierno de Israel lleva adelante un genocidio a la población palestina en su propio territorio.
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De alianzas y desencuentros
Para entender la historia de las relaciones entre Israel e Iran, debemos partir de la base de que no siempre fueron archienemigos mortales. En los comienzos del Estado de Israel, Irán -que entonces era una monarquía constitucional- funcionaba como un aliado de Tel Aviv en la región en un contexto de amplio descontento de los países de la región por la ocupación del territorio palestino. Especialmente desde 1953, cuando un golpe de Estado orquestado por Estados Unidos y el Reino Unido depuso al gobierno constitucional.
De la monarquía en Irán
El golpe de Estado fue a raíz del intento del entonces primer ministro, Mohammad Mosaddeq, de nacionalizar el petróleo. Una industria que por décadas estuvo casi completamente controlada por el Reino Unido, que no toleró la posibilidad de que Irán recuperara sobreanía sobre su propio recurso.
Desde entonces, el poder del Estado volvió a concentrarse en el sha Mohammad Reza Pahlavi, quien estaba a la cabeza de la monarquía absoluta gracias a la colaboración de la hegemonía occidental. Con ayuda y financiamiento de Alemania y Reino Unido, en los 60s el sha comenzó la llamada “Revolución Blanca”.
Esta “revolución” se trataba de una modernización financiera y de infraestructura que estaba acompañada de una fuerte restricción de la influencia del Islam en la vida política y social del país. Entre las medidas, el gobierno impulsó el comienzo de la educación laica y el avance en la emancipación de las mujeres.
Para controlar y reprimir a cualquiera que se opusiera a la monarquía, el sha creó la Savak. Una policía clandestina que reprimía de manera violenta, macabra e ilegal a todos los que fueran sospechados de desafiar al régimen. Pero aún con la represión violenta, con los años la resistencia creció.
Para 1970 el descontento se popularizaba entre las bases de la sociedad iraní, encabezado por Rullollah Jomeini; un musulmán chiita que desde el exilio llamaba a los musulmanes del mundo a levantarse contra Estados Unidos e Israel.
En las protestas masivas y heterogéneas, estudiantes pedían democratización y cléricos musulmanes denunciaban que la occidentalización estaba destruyendo la cultura musulmana del país. Las críticas por los incumplimientos a los derechos humanos y la pésima distribución de la riqueza estaban latentes.
Este descontento generalizado y las incesantes protestas llevaron a la abdicación del sha y a principios de abril de 1979 Jomeini declaró la fundación de la República Islámica luego de la realización de un plebiscito nacional. Así, Irán se conviertió en una república teocracia y Rollollah Jomeini se conviertió en su máximo líder, el Ayatolá.
Después de la revolución
El movimiento liderado por Rollollah unificó a una oposición heterogénea de manera efectiva para dar fin a la monarquía. Pero después de que asumió el poder, las cosas cambiaron para quienes no compartían las ideas del Ayatolá. Los movimientos intelectuales de y de izquierda que lo ayudaron a llegar al poder ahora eran excluidos y reprimidos.
Además, con el establecimiento de la república teocrática, Jomeini aplicó la ley islámica, con sus normas sociales y sus castigos. Se abolieron los derechos de las mujeres y se creo la policía moral, encargada de garantizar el cumplimiento de las normas. La misma policía que hace un tiempo fue tapa de diarios por la sospechosa muerte, que podríamos llamar asesinato, de Mahsa Amini por tener mal acomodado el velo islámico.
En clave regional
En tanto a la política exterior, desde entocnes Irán adoptó una postura de hostilidad antiimperialista que se mantiene hasta hoy. Joimeni convirtió su rechazo absoluto por Israel en política de Estado, en nombre de la lucha musulmana contra el imperialismo israelí en territorio palestino. En este marco, Irán comenzó a financiar grupos proxy, como Hezbollah -que opera en el Líbano- y Hamás -que opera en Palestina-. También comenzó su desarrollo nuclear, algo que desde entonces inquieta a escala internacional y mantiene a este país en el centro de las tensiones regionales. Sus aliados en la región son el Líbamo, Siria, Irak y Yemen: el “Eje de la Resistencia”. El actual gobierno de Irán, enabezado por Ali Khameini, busca retomar ese grupo para hacer frente a Israel y las potencias occidentales que lo apoyan.
Por su parte, Israel acusa a Irán de financiar grupos terroristas y desarollar armas nucleares, algo que intenta incansablemente demostrar ya que Teherán sostiene que su desarrollo nuclear es de uso civil (dudoso).
Pero además, ambas potenicas se enfrentan en territorio sirio, que en guerra desde 2011. Irán envía ayuda y refuerzos al gobierno sirio de Bashar Al Asad, quien busca mantener el poder ante los avances rebeldes. Pero para Israel, la colaboración de Irán en este territorio busca garantizar la continuidad de una ruta a través de la cual envía dinero y armas a grupos proxies. Por eso despliega ataques sistemáticos contra objetivos iraníes en Siria.
Volver al presente
El último capitulo de las tensiones entre Israel e Irán demuestra una nueva medición de fuerzas. Mientras tanto, es la población la que sufre las consecuencias de esta violencia generalizada en la vida cotidiana. No quiero dejar de recomendarles las notas que escribieron Mariela Cuadro e Ignacio Rullansky para ANFIBIA, queridos profesores que tuve el gusto de tener en UNSAM. [Un momento de apreciación a la universiada pública en este momento tan particularmente hostil de la política argentina]. Sus análisis y consideraciones dan mucho que pensar.
En este newsletter traté de tomar un fragmento de una de las historias que articulan las tensiones históricas y hereditarias que hacen al mapa de Medio Oriente . Un mapa atravesado por conflictos, subjetividades e identidades que es redibujado con cada lectura y cada análisis. Los imaginarios que ponermos en juego cuando hablamos de esta región son inevitablemente caprichosos, por la dificultad de cubrir en pocas palabras las comlejidades que entrelazan las relaciones políticas, sociales, religiosas y económicas de la región.
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Biole.
Gracias Viole, muy bueno y sintético tu reporte, y excelente la referencia a tus profes de la USAM !!!