Nuestras Malvinas
A 42 años de la guerra de Malvinas, una guía básica para recordar por qué las Islas son Argentinas.
Saludar. Aquí Biole Weber. El próximo martes se cumplen 42 años de la guerra de Malvinas. En este newsletter intentamos entender qué factores históricos geopolíticos nos trajeron hasta donde estamos hoy. El rol de Estados Unidos y la participación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fueron fundamentales para posibilitar la ocupación colonial que el Reino Unido despliega hasta hoy sobre las islas. Nuestras Malvinas.
De cómo empezó todo
Las Malvinas se encuentran en el Mar Argentino, a unos 600km de las costas patagónicas, en la plataforma continental de nuestro país. Las dos islas que la componen, Soledad y Gran Malvina, ocupan casi 12.000 km cuadrados. Su fauna diversa, la riqueza en recursos naturales y su posición estratégica -por su cercanía con la Antártida y su locación en el paso interoceánico-, las vuelven un atractivo innegable para navegantes y naciones piratas.
Hace casi 214 años, el 25 de mayo de 1810, la Argentina declaró su independencia de la colonización española y asumió la administración de todos los territorios del Virreinato del Río de la Plata, incluídas las Islas Malvinas. Una semana más tarde, el 30 de mayo, Cornelio Saavedra firma un decreto en el que asume específicamente los gastos administrativos correspondientes a las islas. El reclamo por la soberanía de las Malvinas nació cuando nació el Estado Argentino.
Las Islas no tienen población autóctona. Si bien hay algunos registros de avistamientos previos, debido al clima y la geografía, los humanos llegan a las Islas con la modernidad y las herramientas e infraestructura que conlleva.
Es importante que tengamos en mente algunas cosas fundamentales: si bien varios países europeos anclaron sus barcos y pasearon por las islas, la Argentina:
Construyó el primer asentamiento de vivienda permanente (1829)
Creó el primer aeródromo en las islas (1972)
Proveyó a la isla de combustible y gas para los habitantes (1974)
En este newsletter repasamos brevemente cómo llegamos a donde estamos, pero también el escenario geopolítico que dibujó -y dibuja- el reclamo por la soberanía de Malvinas, actualmente colonizadas por el Reino Unido. Al final, repasamos la política exterior del gobierno de Javier Milei así como el posicionamiento de la canciller Diana Mondino en el asunto.
La implicancia simbólica es central, pero las dimensiones geopolíticas nos recuerdan que no es un capricho ni la negación de una derrota militar. Sino un reclamo legítimo tras la usurpación británica de un territorio que forma parte de la plataforma continental argentina. Una usurpación que cada día nos cuesta el saqueo de nuestros recursos naturales. Una usurpación que implicó crímenes de guerra y habilitó el despliegue de una base de operaciones de la OTAN en nuestro territorio. Una base de la alianza militar más poderosa a nivel global, que posee armas nucleares, de la que ningún país de la región forma parte.
Para el detalle del proceso histórico, les recomiendo el video de Pablo Borda al respecto.
De quien llegó primero
Los ingleses dicen haber sido los primeros en avistar las islas. Sin embargo, todos los registros de su presencia allí son posteriores a los de Francia y España. La expedición Magallanes en el siglo XVI fue la primera en poner las islas en el mapa y en 1769 el fancés Bougainville fue el primero en habitar la isla, quien les da el nombre de Iles Malouines. Pero para 1494 España y Portugal ya se habían dividido el mundo desde sus palacios en Europa en el Tratado de Tordesillas. Y bajo ese tratado, las Islas técnicamnete formaban parte de las colonias españolas. En ese entonces, Francia y España estaban gobernadas por la misma dinastía, los borbones. Así que sin mucho bardo hicieron el traspaso: Luis XV de Francia entregó las Malvinas a Carlos III de España y las islas pasaron a llamarse Islas Malvinas.
Mientras Luis y Carlos llevaban adelante las negociaciones, en 1765 una embarcación británica se asentó en la isla y fundó el Port Egmont. Inglaterra no quería perderse las ventajas de las islas. Este episodio generó un conflicto diplomático entre Inglaterra y España que culminó con la expulsión de los ingleses.
De cuando Reino Unido renunció a la soberanía (dos veces)
En 1774 los ingleses se reitraron de las islas y por primera vez renunciaron formalmente a la soberanía ante los españoles. Sin embargo, esta situación no duró mucho. Al poco tiempo los ingleses hicieron una invasión y convirtieron a las islas en un presidio de Inglaterra: un lugar donde llevar los presos que literalmente no podían escaparse por la falta de infraestructura. Y claro, gozabando de las ventajas del paso interoceánico y la explotación de recursos.
Poco tiempo después, como decíamos al principio de este Newsletter, Argentina declaró la independencia de su territorio con las Malvinas adentro y asumió los gastos y responsabilidades de su administración.
En 1820, Buenos Aires tomó posesión de las islas en un acontecimiento registrado incluso en la prensa británica. Cinco años más tarde, el Reino Unido reconoció la independencia Argentina a través de un tratado de amistad comercio y navegación firmado por la reina de Inglaterra. Es decir, Inglaterra reconoció la independencia de Argentina que incluía a las islas y por ende: renunció por segunda vez a la soberanía.
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De la ocupación ilegal
En 1831 el gobierno argentino desplegó un ataque contra barcos estadounidenses colonialistas que realizaban pesca ilegal en las Malvinas y se llevaron a sus tripulantes detenidos a Buenos Aires. Como respuesta, Estados Unidos bombardeó el Navío Lexinton y el asentamineto argentino en las islas.
Un minuto para pensar en la desproporción de la respuesta militar encarnada por una potencia global ante la detención de unos tipos que hacían pesca ilegal.
Pero no se quedan ahí. Luego del bombardeo, Washington reportó a Inglaterra que las islas estaban desprotegidas. Con esa información, el 3 de enero de 1833, el Reino Unido ocupó militarmente las islas y comenzó a explotar los recursos y someter a la población a trabajar para la corona inglesa. Los gauchos que habitaban las islas, liderados por Antonio Rivero, realizaron una resistencia. Pero fue reprimida y a Rivero se lo llevaron preso a Inglaterra.
Desde entonces, la Argentina reclama la soberanía por las Islas Malvinas, ocupadas colonialmente por el Reino Unido, incluso después de haber renunciado diplomáticamente a las islas en dos oportunidades. Esto no podría haber sido posible sin la colaboración de Estados Unidos, que estaba resentido porque no les dejaron hacer lo que quería en su patio trasero. Las dos potencias se codean.
De la descolonización de la ONU
En 1945, con la creación de las Naciones Unidas como parte del orden liberal internacional liderado por Estados Unidos, las potencias decidieron que técnicamente no estaba tan bueno lo de dividirse el mundo y colonizarlo. Así comenzó el proceso de descolonización impulsado por Naciones Unidas. Más de 80 naciones se independizaron en este contexto. Y la Argentina no quería perderse su turno. Pero el Reino Unido siempre hizo oídos sordos.
Desde 1964, la Argentina exige la comunidad internacional que facilite la descolonización de las Islas Malvinas por parte de Inglaterra. Y las Naciones Unidas le dan la razón una y otra vez, con un consenso internacional avalado por la falta de motivos que justifiquen la administración inglesa de unas islas que están a 13.312 km de Londres y a 600km de Argentina. Hay varias resoluciones de la ONU que instan al Reino Unido a inciar negociaciones en pos de la descolonización, que son ignoradas de manera sistemática aún ante los intentos insistentes de la Argentina de poner el tema en agenda.
De una guerra injusta
La historia de la guerra de Malvinas es un capítulo denso en la historia argentina que duele hasta el día de hoy. El elemento fundamental para entenderla es ponernos en contexto. Un episodio que el gobierno actual de extrema derecha intenta reescribir y borrar a diario.
La dictadura militar que tomó el poder en Argentina de 1976 a 1983 fue la más sangrienta y dolorosa de la historia de nuestro país. Con 30.000 detenidos desaparecidos, la dictadura desplegó un régimen terrorista y profundamente represor que generó un trauma social que no se borra.
Para 1982, el desgaste del régimen militar se profundizaba mientras el apoyo a los movimientos sociales crecía en pedido por condiciones básicas de vida digna. En este marco, Leopoldo Galtieri, el entonces presidente, decidió desplegar el Operativo Rosario, que consistió en tomar el puerto Stanley y convertirlo en Puerto Argentino. Este acto generó una simpatía popular con el régimen y Galtieri salió a hablar ante la plaza que celebraba la potencial recuperación de Malvinas y se tiró su greatest hit: “Si quieren venir [los ingleses] que vengan, les presentaremos batalla”.
Y vinieron. La entonces primera ministra inglesa, Margaret Thatcher, ordenó el mayor despliegue armado en su país desde la Segunda Guerra Mundial, con el apoyo de la OTAN. El primer ataque inglés fue el hundimiento del ARA General Belgrano, una embarcación argentina que estaba fuera del Zona de Exclusión. Por ende, el ataque a este barco que implicó la muerte de 323 argentinos, inauguró los enfrentamientos con un crímen de guerra.
Los argentinos lo dieron todo, pero la superioridad técnica y militar de los ingleses así como la pésima provisión de bienes básicos para los soldados argentinos llevaron a una vistoria inglesa que se llevó muertos a más de 600 jovenes argentinos. Muchos excombatientes se suicidaron luego de la guerra por el trauma de la misma.
Este fue el episodio que terminó de deslegitimar a la dictadura, luego de informar mediante la prensa un optimismo ficticio sobre una potencial victoria argentina. Se les terminó la joda. En 1983 llamaron a elecciones.
Años más tarde, el gobierno de Cristina Kirchner desclasificó el Informe Rattenbach, elaborado por los militares para entender la derrota en la guerra. En el informe aparecen las tres hipótesis sobre los potenciales resultados con los que las juntas especularon a la hora de iniciar la guerra: (1) Reino Unido no se involucra en el conflicto armado y se negocia la devolución de las islas; (2) Reino Unido se va a la guerra y Estados Unidos apoya a Argentina; (3) Reino Unido se va a la guerra y Estados Unidos y la OTAN se mantienen neutrales.
Lo curioso de estas especulaciones es que las Juntas Militares no consideraron la potencial colaboración de Estados Unidos y la OTAN con el Reino Unido, aún cuando la historia comprobó que ese fue su comportamiento sistemático ante las Islas. Hablamos del mismo país que informó a Inglaterra que las islas estaban débiles al momento de su invasión en 1833. La ingenua idea de que porque el regímen militar colaboró e hizo buena letra con Estados Unidos le aseguraba su alianza militar. Parece un chiste de mal gusto.
La figurita aparece repetida en la historia del mundo: un gobierno de derecha en un país del Sur Global cree que si hace buena letra con el Norte Global se asegura su lealtad. Pero lealtad del Norte con el Norte siempre mata la del Norte con el Sur. Así se aseguran la hegemonía. A ver si a Milei y a Mondino también les cae la ficha antes de que nos quedemos sin litio ni alimentos.
Del escenario geopolítico
Luego de la guerra, Iglaterra incorporó a la población de Malvinas como ciudadanos plenos de derecho ingleses y desde entonces se jacta de dar a los isleños el derecho a la autodeterminación.
Un censo realizado en 2023 arrojó que de los 3662 habitantes de las islas, solo diez personas reportaron ser argentinos. O sea solo el 0,27% de la población tiene vínculos sánguineos o familiares con la Argentina. Al resto los mataron o se fueron.
Por eso el derecho de autodeterminación no puede pensarse de manera ahistórica en el caso de este territorio. La amplia mayoría de la población vino con la colonización: el censo reporta que se identificaron 86 nacionalidades distintas, siendo la mayoría del Reino Unido, Santa Elena y Filipinas. ¿Ellos deciden sobre el derecho de explotar los recursos de un territorio que está en la pltaforma continental argentina? ¿Deciden sobre la presencia de la alianza militar más poderosa del mundo en nuestras costas?
Argentina, con el apoyo de la comunidad interancional, exige la devolución de las islas ocupadas. Pero el gobierno inglés nisiquiera da esa discusión. En el pasado incluso renunció a la posibilidad de negociar con Argentina sobre comercio de alimentos, combustible y minerales críticos porque el gobierno argentino solicitó una conversación sobre las islas. Aunque el gobierno de Milei está dispuesto a poner eso a un costado.
De la política exterior de Milei
Diana Mondino, la canciller de Javier Milei, dice que no hay discusión posible por las Malvinas y que la soberanía Argentina está en la Constitución. Sin embargo, se reunió con su homólogo inglés, David Cameron, luego de su visita colonial a las islas. Si bien dijo que le expresó sus molestias por el asunto, Mondino se mostró cómoda con poner el tema a un costado y junto a Cameron anunciaron que profundizarán los vínculos económicos, comerciales y culturales entre el Reino Unido y la Argentina. Muy conveniente para Reino Unido, claro.
Mondino justifica su posicionamiento y dice que cambiaron de estrategia para no llegar a otra guerra ni negarle relaciones a Inglaterra: La Inglaterra que fue la que hasta ahora nos negó relaciones por querer poner el tema sobre la mesa. Y agrega que con una economía ordenada quizás se podría avanzar en la recuperación de las islas. Un horizonte muy vago y lejano para un posicionamiento que no implica confrontación con el Reino Unido. Muy cómodo para Cameron, que devuelve a su país el pan, la torta, el chipa y las torta fritas. Y para nosotros quedan algunas latas de porotos en tomate y un gobierno muy tranquilo con la presencia de una potencia extranjera en territorio nacional.
Para más data sobre Diana Mondino, hoy salió esta nota en Las12, Página 12, en la que Euge Murillo me hizo algunas preguntas sobre su política exterior en un sentido más amplio. En la nota charlamos de cómo la Argentina de Milei renueva las esperanzas de que colaborar con las grandes potencias liberales de manera acrítica nos devuelva su lealtad y colaboración. La historia nos demuestra lo contrario. Y en el medio perdemos autonomía y unas cuantas oportunidades económicas.
“Si el problema con China es que no es una democracia liberal, como puede Mondino tener tan buena relación con Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, un país que está cada día más lejano de ser una democracia liberal. Queda en evidencia nuevamente que no se trata de modelos económicos, sino de posicionamientos ideológicos. Por eso también despliega actos provocadores como el acercamiento con Taiwán que desafía el compromiso diplomático argentino de reconocer el “Principio de una sola china”. Un principio fundamental para la relación con la potencia asiática que implica el rotundo rechazo a la independencia de Taiwán. Todo parece ser un gran guiño a Washington, en un intento desesperado de ser el mejor alumno de la hegemonía liberal”
De historia y presente
El tema de Malvinas es un asunto trasversal en la política argentina. Excedió ideologías y gobiernos. El reclamo por su soberanía está presente en la política exterior Argentina de manera ininterrumpida, aunque desde diferentes enfoques.
En este newsletter les propongo un pequeño recorrido histórico para entender como llegamos a donde estamos hoy. El apoyo regional y multilateral aparece como casi la única ventana de oportunidad que tenemos para presionar al Reino Unido a que devuelva las islas. A que las descolonice. Es tarea de todxs lxs argentinxs mantener vivo ese reclamo a través de nuestra historia.
Por último, les dejo algunas producciones audiovisuales -series, películas y docuemntales- sobre el tema que recolecté por Instagram gracias a sus colaboraciones para ver este fin de semana, de cara al aniversario de la guerra el próximo dos de abril.
Un viaje a Malvinas (2016)
Iluminados por el fuego (2005)
La Deuda Interna (1988)
Fuckland (2000)
Malvinator (2017)
Teatro de Guerra (2018)
1982 Malvinas desde el Aire (2009)
Guarisove, los olivdados (1995)
Soldado solo conocido por Dios (2016)
Los chicos de la guerra (1984)
El visitante (1999)
Malvinas con filtro violeta (Se estrena el 2 de abril)
Combatientes (2020)
Exilio de Malvinas (2016)
Espero que les haya gustado este especial. El próximo newsletter también será un especial. Y uno de lujo, porque contará con la participación del queridísimo Santi Martinez Cariter, que acaba de estrenar podcast!
Así que prepárense para un MateMundi ft. Picnic Sideral: las narrativas espiritulaes que tejen la política internacional, aplicado a un caso que nos pega bastante de cerca. Atentis.
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Biole.
Muy buenooo. Gracias. Soy uruguaya, sigo Mate desde hace un tiempo. Abrazo
Me encantó💙🤍💙 siempre viene bien tener este tipo de artículos tanto lara refrescar la memoria como para aprender cosas nuevas..y tener mucho mas argumentos a la hora de dar la batalla discursiva. Excelente trabajo. Ademas, el documento adjunto (Gas del Estado) es oro puro..gracias por el trabajo que haces en Mate. Genia total...un saludo Biole