Porque esto es África
Un golpe militar depone al presidente Alí Bongo de Gabón. Este es el séptimo golpe de Estado en África desde 2020. Francia transpira.
Saludar amiguis. Soy Viole Weber y en este newsletter te cuento qué pasó en Gabón, el último país africano en atravesar una dictarura militar que interrumpió el orden ¿democrático? en curso. Te propongo revisar qué pasa en África con tanto golpe de Estado, desde una mirada decolonial.
Leer este NL te va a llevar aprox 10 minutos. Y quedás afiladísimo para la próxima cena con ese grupete que ama hablar de política, pero que está agotado de hablar de Argentina. Vamos.
No more Bongo for Gabon
Hoy hubo un golpe de Estado militar en Gabón. Un país africano ubicado en el Golfo de Guinea gobernado por Omar Bongo y luego por su hijo, Ali Bongo, desde 1967, pocos años después de su independencia de Francia en 1960. Hoy, una docena de militares denunciaron fraude en las últimas elecciones, encerraron al presidente en su domicilio, tomaron el poder y disolvieron las instituciones democráticas.
Fin de fiesta
Gabón era una república presidencialista en los pelpas y aunque durante los últimos años había cierta libertad política y actividad de partidos opositores en el país, no tenía alternancia en el poder. Los Bongo gobernaron durante practicamente toda la historia del país de manera ininterrumpida.
Había elecciones cada 7 años. Las últimas fueron el pasado fin de semana cuando, según los conteos oficiales, Ali Bongo obtuvo casi el 65% de los votos, muy por encima del 33% que alcanzó el candidato del partido opositor Alternance 2023, Albert Ondo Ossa. En estos comicios participó solo el 56% de la población y no hubo veedores internacionales ya que el gobierno no permitió su entrada al país.
Dos horas antes del cierre de la votación, Ondo Ossa comenzó a denunciar fraude por parte del gobierno de Bongo y se adjudicó la victoria. Pero esa noche el gobierno impuso un toque de queda y cortó internet, bajo la premisa de evitar la circulación de información falsa. Aunque también tenía por objetivo evitar protestas en su contra.
¿Y ahora qué?
La cúpula militar que tomó el poder está compuesta por doce miembros de las fuerzas de seguridad. El líder, Brice Oligui Nguema, era el jefe de la Guardia Presidencial que protegía al presidente. En la cúpula también participan otros miembros de esa guardia así como policías y soldados de más bajo rango.
Ni bien tomaron el poder disolvieron el gobierno, el Senado, la Asamblea Nacional y el Tribunal Constitucional y cerraron las fronteras hasta nuevo aviso. Paralelamente, anunciaron el establecimiento de un "Comité para la Transición y Restauración de las Instituciones" (CTRI) del que habría que hacer un seguimiento las próximas semanas.
Luego de decretar la nulidad de las elecciones bajo la premisa de que había habido fraude, sostuvieron que el país atravesaba un deterioro continuo de la cohesión social que podría llevar al caos.
"Nuestro hermoso país siempre ha sido un remanso de paz. Hoy, este país atraviesa una grave crisis institucional, política, económica y social"
Luego de los anuncios, llamaron a la población a mantener la calma y la serenidad, y sostuvieron que están comprometidos con respetar los compromisos de su país con la comunidad internacional.
¿Dónde está Bongo?
Ali Bongo está en prisión domiciliaria en la residencia presidencial. Misma situación que el presidente depuesto en Níger hace algunas semanas (esperen, enseguida retomamos la clave regional). Si bien el gobierno militar sostiene que el presidente depuesto está rodeado por su familia y sus médicos, Bongo denuncia que no es así. De hecho, uno de sus hijos, Noureddin Bongo Valentin, fue detenido por “alta traición y malversación de fondos”.
Además, Bongo pide a la comunidad internacional que “hagan ruido” respecto de lo sucedido en su país. Pueden escucharlo aquí, en inglés.
Geopolítica y repercusiones.
Gabón es un país importante geopolíticamente, en tanto es un país rico en petróleo. Como muchos otros africanos, su economía depende en gran medida de la exportación de minerales y petróleo, así como de madera. Sus depósitos de magnesio y uranio lo posicionan como un actor clave en la geopolítica de los minerales críticos, necesarios para la transición energética.
Luego de que se conociera la noticia, comenzó la ola de repudios al golpe de Estado. China llamó a garantizar la seguridad de Ali Bongo y pidió por una resolución pacífica del conflicto. Rusia condenó el golpe militar y expresó profunda preocupación. El jefe de la diplomacia europea, Joseph Borrell, expresó su preocupación por la agitación política en todo el continente africano.
Por su parte, la primera ministra de Francia, Elisabeth Borne, también condenó el golpe militar y dijo que sigue de cerca la situación. Este país tiene una operación en curso en Gabón, de entrenamiento militar de 400 soldados. Si siguen la suerte de las operaciones que Francia tenía desplegadas en Malí, Burkina Faso y Níger, pronto no tendrán lugar para continuar la operación y Francia perderá ese poroto militar en territorio gabonés.
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Reconfiguraciones africanas
Francia transpira
El ex imperio colonial francés fue forzado a soltar sus colonias en 1960, en el marco del proceso de descolonización de la ONU. Pero su influencia no termina en ese momento. La colonialidad -entendida como los resabios de los lazos coloniales que quedan impregnados en los modos de vida y las relaciones sociales y económicas-, está presente en los lazos de la potencia europea con todas sus excolonias. La reproducción de un modelo de influencia basado en la dinámica “exportador de materias primas-productor de manufacturas” reproduce una asimetría comercial que cristaliza las economías africanas como débiles y dependientes.
Sin embargo, en el marco de la crisis energética, estos países africanos que tienen en sus suelos los minerales que el mundo demanda, ganan margen de acción. Otros imaginarios sobre el rol de los gobiernos africanos es posible.
Una ola de golpes de Estado
La noticia del golpe de Estado en Gabón nos hace pensar en el golpe de Estado de hace algunas semanas en Níger -sobre el que hice dos columnas en Futurock, en Un Mundo de Sensaciones (una sobre los básicos del golpe y otra sobre la posibilidad de una intervención regional en este país)-. Y el golpe de Estado de Níger nos hizo pensar en los de Burkina Faso y Malí y de repente nos damos cuenta de que esos tampoco aparecieron de la nada.
Este golpe de Estado es el séptimo en el continente desde 2020. Pero tiene una particularidad: no es en la región del Sahel. Esto resulta interesante porque el de Gabón, podría ser un golpe de Estado atravesado por motivaciones diferentes a los demás, ya que los países de la región del Sahel conviven con la presencia de grupos yihadistas en sus territorios.
Esta particularidad es una marca de fuego en la vida cotidiana de sus habitantes que tienen que convivir con altos niveles de violencia en la vida cotidiana. Los Estados alineados con Francia, permitían la presencia de operaciones militares en sus territorios, para controlar a estos grupos. Sin embargo, los nuevos gobiernos militares parecen rechazar la presencia de operaciones europeas en sus territorios, ya que las consideran una injerencia y una amenaza a la autodeterminación.
¿Un hilo conductor?
En todos los casos, existen diferentes teorías sobre si esta seguidilla de golpes de Estado está coordinada desde una potencia extranjera, como China o Rusia. Aunque también se especula que las cúpulas militares ponen quinta porque estamos en un momento histórico de relativa debilidad de Estados Unidos y Francia, así como otras potencias extranjeras. Y la referencia para tomar esta posición es que luego de los golpes en los demás países, las consecuencias internacionales fueron más bien tranquis y ninguna potencia hizo una intervención armada.
Pero más allá de las especulaciones, parece ser el factor común la presencia de un fuerte sentimiento antifrancia en las poblaciones africanas que no aguantan más que sus gobiernos se lleven tan bien con la potencia que los colonizó y esclavizó. Las riquezas de los minerales no se redistribuyen, la violencia en el territorio es brutal y los contextos de hambre y pobreza son muy hostiles. Estos elementos podrían explicar el fenómeno del surgimiento de movilizaciones en favor de los golpes de Estado que deponen a los gobiernos más o menos democráticos de la región.
Después de la democracia
En este marco, los parámetros liberales de seguridad, democracia y derechos humanos parecen quedar cortos para entender la complejidad de las culturas e historias de estos países. Medirlos con la vara legitimadora occidental es emitir un juicio paternalista y colonial. En cambio, parece que los debates que atraviesan estas noticias son más bien otros.
Las historias y las características de estos países son desconocidos para nosotros y por su lejanía a nuestra vida cotidiana parecen ser bien difíciles de entender. Hago esta aclaración porque como vimos, aunque se celebraban elecciones, no parecía haber democracia como la conocemos acá. En cambio, las alianzas con Francia; las décadas de gobierno de los Bongo; las enormes reservas de petróleo y minerales necesarios para el mundo globalizado e interdependiente, parecen darnos una pauta de cuáles son los puntos clave para entender la interrupción al gobierno de Alí y el apoyo popular al golpe militar.
Para adentrarse más en la historia de Gabón y el gobierno de los Bongo, les recomiendo muchísimo este newsletter de Bruno Sgarzini, que repasa la historia moderna de este país y los lazos de la familia Bongo con Francia.
El mundo multipolar
Habitamos este mundo en un momento de crisis multifacética: económica, social, política, alimentaria, climática, energética. Venimos de una pandemia y nos esperan otras. En este marco, los roles y disposiciones del mundo que conocimos hace 50, 20 o 5 años ya no existe más. Y África lo sabe.
La reconfiguración de las concepciones de poder permite a países del Sur Global marcar agenda y líneas de política de impacto global. El poder ya no reside en tener plata o tener armas, sino también en otros puntos clave como tener minerales críticos.
En este sentido, la ampliación de los BRICS parece ser el dispositivo diplomático que cristaliza esos cambios en las concepciones de la hegemonía y el poder para disputar el liderazgo de Estados Unidos y reivindicar otras lógicas y ontologías de todas partes del mundo. En este sentido, Lula sostiene que el mundo no será el mismo después de la ampliación de los BRICS, ya que el grupo desplaza al G7 por su peso en negociaciones internacionales.
La membresía de Sudáfrica, pero la incorporación de Etiopía y Egipto parecen asentar la idea de que África forma parte del mundo multipolar como un polo de poder en sí mismo. Algo que ya dijo Xi Jinping.
En este marco, el sentimiento antifrancia y las pésimas condiciones de vida quizás sean ejes de análisis clave para pensar los nuevos gobiernos militares en África.
¿Qué más está pasando?
El presidente colombiano, Gustavo Petro, compara a Javier Milei con Hitler.
Irán juzga al abogado de Masha Amini, la mujer que fue detenida por usar mal el velo islámico y murió tres días más tarde.
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Viole.
El sur global se va animando cada vez más a negociar de igual a igual con el G7, el G20, la OTAN, el FMI, la CE ... lo propio entre nosotros, es una frustración no concretar temas en el MERCOSUR, o la UNASUR ... :(
Excelente newsletter, muchas gracias!